viernes, 9 de octubre de 2009

Historia del Festival de Atabales

Corrían los años de la década de los 70, los jóvenes en todo el país levantaban la bandera del rescate de la identidad nacional y de los valores y tradiciones del país, como forma de enfrentar la llamada penetración cultural imperialista. En esa época, proliferaron en los barrios populares y las zonas rurales, muchas agrupaciones de bailes folklóricos, teatro y de poesía coreada. En la radio se escuchaban canciones de protestas y los estudiantes secundarios y universitarios consumían sus energías en activismo político de izquierda.

Por su parte, los directivos del club avanzaban en los proyectos comunitarios. Todavía está presente en la memoria, un diálogo de una de las tantas reuniones sabatinas: "Tenemos que buscar un mecanismo para integrar todas las personas de la comunidad a las actividades del club "Sol Naciente". La respuesta a esta inquietud la dio el sociólogo Dagoberto Tejeda, invitado por la Directiva a una reunión el 26 de enero de 1975 para asesorar en el área educativa y comunitaria: "realicen actividades que le gusten a las personas mayores y a los jóvenes también! dijo Dagoberto. Como cuál?, se le preguntó. Su contestación fue inmediata: "una velación, por ejemplo. Monten una fiesta de palos, de atabales y ustedes verán".

La idea fue acogida con recelo, sobre todo, por quienes veían esa manifestación religiosa como un símbolo de atraso. Sin embargo, en poco tiempo se efectuaron los primeros contactos con los líderes de las cofradías. Así, un nublado y lluvioso sábado 19 de Abril del año 1975, se realiza en el interior de la iglesia católica, situada al lado del local del referido club, el Primer Festival de Atabales.

En este primer Festival participaron grupos originales del la región. Se recuerda que la asistencia fue desbordante. Entre los presentes se apreciaban jóvenes estudiantes, campesinos, mujeres del municipio de San Cristóbal, ancianos y lugareños, que sumados en un gran entusiasmo y a ritmo de palos, güiras y maracas, bailaron y corearon las salves hasta el amanecer.

Desde entonces, el evento se institucionalizó, realizándose cuatro versiones en los años siguientes; enriqueciéndose las dimensiones artísticas, culturales y pedagógicas con las aportaciones de los grupos culturales La Higuera, Raíces Negras, Expresión Folklórico y Machepa.


· 1976 II FESTIVAL DE ATABALES
· 1977 III FESTIVAL DE ATABALES
· 1978 IV FESTIVAL DE ATABALES
· 1979 V FESTIVAL DE ATABALES


Como consecuencia del paso del ciclón David y la tormenta Federico en agosto de 1979, el Festival no se pudo efectuar en el año 1980. Superados los inconvenientes, la tradición continuó:

· 1981 VI FESTIVAL DE ATABALES.

Pero, producto de la crisis que confrontó el movimiento clubistico en ese momento, el Evento estuvo dormido hasta el año 1987, realizándose nuevamente en los dos años siguientes:

· 1988 VII FESTIVAL DE ATABALES
· 1989 VIII FESTIVAL DE ATABALES


Luego de ese período, el Festival entró nueva vez en un proceso de letargo del cual salió 10 años después. Desde entonces hasta nuestros días, la actividad ha venido realizándose de forma continua, superándose cada vez más.

· 1998 IX FESTIVAL DE ATABALES
· 1999 X FESTIVAL DE ATABALES
· 2000 XI FESTIVAL DE ATABALES
· 2001 XII FESTIVAL DE ATABALES
· 2002 XIII FESTIVAL DE ATABALES
· 2003 XIV FESTIVAL DE ATABALES
· 2004 XV FESTIVAL DE ATABALES
· 2005 XVI FESTIVAL DE ATABALES
· 2006 XVII FESTIVAL DE ATABALES
· 2008 XVIII FESTIVAL DE ATABALES
2009 XIX FESTIVAL DE ATABALES


Desde 1998 hasta nuestros el año 2006, el festival se realizo de forma continua, superándose cada vez más. Esto ha sido posible gracias al esfuerzo del Comité Organizador y de entidades amigas, como la Fundación Bayahonda,, el Indefolk, Raíces folclóricas y, en esta versión, la integración de La Red Dominicana de Culturas Locales, la Fundación Cofradía y nuevos grupos de atabales. El pasado año 2007 no fue posible la realización del Festival, producto del paso dias antes del evento de las tormentas Noel y Olga

La historia continúa..., han pasado 33 años de palos y atabales, que es más que un compromiso con nuestras comunidades. Es la responsabilidad de una generación, que cumple el supremo deber de mantener vivas las tradiciones culturales de su pueblo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario